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domingo, 8 de abril de 2012

Domingo de Resurrección...

En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios.

El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo.

Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.
 Tradición de los huevos pascua...
Ofrecer huevos en Pascua es una tradición que se remonta a varios siglos atrás. Según algunas fuentes la costumbre de regalar huevos en Pascua tiene su origen en el siglo IV.

En aquella época la Iglesia no aconsejaba el consumo de huevos durante la Cuaresma. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo huevos, ajenas a preceptos ni normas religiosas. Tirar los huevos hubiera sido un pecado. De tal forma, que no quedaba más remedio que guardarlos. En unas semanas se conseguía una sobreabundancia de huevos a los que había que dar salida. El domingo de Resurección, primer día en el que este precepto ya no rige, se convertía en la fecha señalada.Y qué mejor que compartir o regalar los huevos que no se habían consumido durante la Cuaresma. De esta forma, fue naciendo una costumbre.

Ofrecer una cesta de huevos frescos era sin duda un magnífico detalle, pero si además los huevos se coloreaban o se pintaban se convertían en un auténtico regalo. En el siglo XII la Iglesia bendecirá la costumbre de regalar huevos como símbolo de resurreción a la salida de la misa de Pascua. Una costumbre que se ha mantenido hasta no hace mucho, especialmente en las zonas rurales, donde abuelos y padrinos entregan a los ahijados panecillos con dos huevos que se llevaban a bendecir.